La red, de unos 900 kilómetros, está compuesta por cunetas, sumideros, nexos y conductos subterráneos que ayudan a que el agua de las lluvias se dirija a los arroyos.
La Ciudad de Buenos Aires avanza con la ampliación de la red pluvial en varios barrios porteños, con el objetivo de prevenir y mitigar el impacto de las lluvias intensas.
La red, de aproximadamente 900 kilómetros está compuesta por cunetas, sumideros, nexos y conductos subterráneos que ayudan a que el agua de las lluvias se dirija a los arroyos, siendo conducida hasta las desembocaduras de las cuencas.
“Es muy importante dejar nuestros residuos en los contenedores de 19 a 21 horas, todos los días menos los sábados. Así evitamos que el agua los arrastre, se atasquen en los desagües y tengamos anegamientos”, destacó el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana porteño, Ignacio Baistrocchi.